Mi pacto de paz

Hoy paso página en mi vida y en mi particular noche de San Juan reúno todos los zarrios emocionales que he ido acumulando durante años y les prendo fuego.

Le he dado tantas vueltas a la cabeza intentando encontrar las respuestas a tantos interrogantes que no sé cuando empezó todo ni cuando llegó el declive .

Los hechos acontecidos en este camino no importan, por respeto a la gente que me quiere, que se preocupa por mi y que lee este Blog no voy a entrar en detalles que ya no tienen ninguna trascendencia, lo que sí importa es como me afectaron a mi.

Primero llegó ese sentimiento de impotencia que sin quererlo nos domina y nos convierte en un ser triste y rencoroso, luego la ira transformándome en una persona intransigente, lo que se contraponía con mi verdadera forma de ser, pues intento ser siempre justa y comprensiva, veía injusticias por todas partes y por mi boca salían sapos y culebras. Aún así como persona de carácter fuerte y alegre luchaba con todas mis fuerzas, al parecer con las energías equivocadas y eso me llevó a la tercera fase que fue sin duda la peor de todas, al no encontrar el sentido a nada me abandoné y dejé que la negatividad se me comiera viva.

Ese estado de ansiedad y depresión me afectó psicomáticamente de una manera brutal y caí muy enferma, hasta el punto de llegar a pensar que era mi final.

Sin duda esto me traumatizó, ni tan si quiera los motivos que me llevaron a acabar así hacen sombra con lo traumatizada que me dejó el resultado final de toda esta historia, un efecto que ya ha mostrado sus primeros coletazos ante mi Señor, quien me ayuda a aceptarlo y canalizarlo.

Decidí intentar superarlo, no sabía si lo conseguiría ni cómo pero tenía claro que al menos debía hacer algo y no quedarme de brazos cruzados. Luché contra mi misma y mis sentimientos y fue la peor batalla que he librado en mi vida, como una desintoxicación de mi parte mas oscura y aunque tuve muchos momentos de recaída poco a poco fui animándome y comprendiéndome.

Tenía muchos aspectos negativos ya superados pero un vacío me seguía rondando y es que no conseguía encontrar los motivos suficientes en ninguna persona para entregarme por completo, mi libertad y mi superación personal eran muchísimo más valiosas que cualquier persona que se creyera merecedor de mi entrega y eso me bloqueaba bastante porque mi sentimiento de sumisión empujaba con todas sus fuerzas por ver la luz y dar la cara.

He sufrido, he luchado y he vencido, me ha costado mucho pero bien puedo decir que me siento orgullosa de mi misma y al final mi merecida recompensa ha llegado. Conocer a mi Señor ha supuesto la alianza y el pacto de paz conmigo misma que consigue afianzar mis logros día a día.

Siempre he pensado que el efecto que nos causan los demás es el reflejo que vemos en ellos de nosotros mismos, ahora es cuando cobra más sentido mi teoría, recuerdo que en mis peores momentos no encontraba alianza en nadie y recibía el opuesto a lo que yo sentía que emitía hacia ellos, no conseguía canalizar el cariño de los demás hacia mi, sin embargo ahora consigo reconocer el afecto en familiares y amigos y este logro se lo debo única y exclusivamente a EL.

El es como un niño grande, mimoso y caprichoso y sus demandas de afecto, de cariño y de atenciones me mantienen viva y feliz. Con su mentalidad de hombre y no de niño, con la responsabilidad y la coherencia de sus actos me da seguridad y estabilidad, me siento completa y por fin encuentro el sentido de mi sumisión y aunque a veces tarde en comprender algunas incertidumbres que se muestran en momentos concretos, me es fácil analizarlo y entenderlo porque EL me lo pone fácil. Siento la unión en cada momento, como si fuera una aleación de su cuerpo y su mente, convirtiéndome en una parte de EL pero sin dejar de ser yo misma, es fantástico sentirse así .

Quien bien me aprecia, al comentarles mi decisión de irme a vivir con mi Amo me han pedido que no olvide quien soy y lo mucho que valgo, agradezco muchísimo el cariño y la preocupación por mi de estas personas pero me gustaría tranquilizarles diciéndoles que no lo olvidaré porque mi Señor me lo recuerda cada día.

Toda esta reflexión se ha acentuado por el hecho de que mi decisión de irme a vivir con EL es cada vez más real e inminente, deseo dejar atrás el pasado y empezar una nueva vida a sus pies. Sé que no será fácil una convivencia de cuatro personas adultas, pero la comprensión y el cariño con el que se me recibe hace que todo sea mucho más sencillo.

ManelDom, mi Dueño es el sentido y la razón de mi nueva vida, por EL y para EL deshago los nudos que me atan a mi pasado, para entregarle mi presente y mi futuro. Cada día, en cada gesto, siento su Dominación, su guía y protección, El es quien me hace sentir completa y a quien me entrego sin reservas. Ya no me quedan palabras para explicar lo mucho que le quiero y le adoro. Llevaré su collar con orgullo y con la felicidad que me produce ser parte de ÉL, pasado el periodo de prueba de la relación, ya puedo decir que soy Suya en cuerpo, mente y alma.

La Señora Yanae, siempre atenta y pendiente del bienestar de toda la familia, una mujer a la que en su día juzgué equivocadamente y a la que me siento muy afortunada de conocer, con grandes cualidades humanas, artísticas y mentales. Es muy emotivo ver cómo protege y cuida a su cachorrito chiki{Yan} todos los días, ELLA es dulce y cariñosa y la fuerza que desprende es brutal, no sé si tan si quiera ELLA es consciente de lo que nos trasmite a los demás pero la convivencia es muy fácil a su lado. Es el complemento de mi Señor, su doble cara y su musa, es imposible no quererla por ELLA misma y por la parte que forma de EL.

chiki{Yan}, mi nuevo hermanito, me da su cariño todos los días, en él encuentro apoyo y comprensión y también diversión, creo que somos igual de trastos los dos y me hace reír, en él he encontrado una complicidad que para mi es muy importante, me fijo en él y trato de aprender de su entrega. Es muy curiosa la dualidad de protección que emite, a veces siento que deseo protegerle y otras que me proteja él a mi, supongo que nuestros sentimientos de sumisión nos unen en los picos emocionales que aparecen algunos días, lo cierto es que mi "jolines" ( así le llamaba antes) produce un gran cariño en mi.

Estoy decidida y emocionada por entrar a formar parte de mi nueva familia y convivir con nuestras emociones y sentimientos, no sé lo que deparará el futuro, nadie lo sabe, lo que sí sé es que no me da miedo y me siento feliz y segura de ser una más en mi nueva casa, mi nuevo hogar y mi nueva familia.