Marcas Imborrables

No se el tiempo que hace que me puedo considerar sumiso, pero recuerdo todas las cosas que han cambiado en mi vida.

Es muy agradable notar que mi forma de ser se moldea al ritmo de las experiencias que comparto con mi Ama, a sus órdenes y consejos.

Recuerdo los miedos del principio, mis dudas… no dejaba de repetirme; que es lo que verá mi Ama en mi? si soy un cachorro con mil defectos que pulir, con fobias y manías pero Ella me da la seguridad que cada día necesito para continuar.

Los principios los recuerdo muy intensos, con muchos altibajos, todo era nuevo, aprendí que con cada fallo me convertía en un mejor sumiso, descubriendo los “porques” de mis errores y corrigiéndolos.

No todo son errores y lecciones, pues también guardo muchos momentos maravillosos…

Uno de los mas bonitos fue cuando mi Señora me dio permiso para llamarla Ama, aun me emociono al pensar cuanto me gusta llamarla así, sentir como suena en mi voz…

Cuando me llamó “chiki” por primera vez… y ahora, cada día cuando lo veo escrito en mi móvil, estremezco de alegría…

La fuente inagotable de imaginación de mi Deidad durante nuestros “juegos”… Ella hace brotar el placer por mis poros y me concede una felicidad inimaginable…

También recuerdo con un muy especial cariño el día que me coloco su collar virtual, sonaba una canción de fondo escogida por mi Ama con excelentísimo gusto, se me eriza la piel de la emoción al recordarlo… Lo muestro allí donde entro con total orgullo ya que representa lo mas importante; a quien adoro, a quien amo…

Todos estos recuerdos me motivan a esforzarme cada día para ser mejor.

Algunos días logro mejorar mas que otros pero siento que con mi Ama, mi Deidad, mi Tutora, cada día avanzo por el mundo de la D/s y no me cansare jamás, de sentir la correa que de la mano de mi Ama, guía mis pasos en un mundo lleno de dificultades, miedos y trampas, pues con mi Ama podría caminar a ciegas, sabiendo que me protege de cuantos peligros me acechen.

Mi Deidad me educa, me guía y me castiga, pero también sabe escuchar los lamentos y los pesares de su cachorro y curar sus heridas…

Recuerdo con mucha felicidad cada segundo que mi Deidad me dedica y quiero hacer público mí enorme agradecimiento de todo corazón, darle las gracias por cada segundo , por hacerme mejor sumiso y mejor persona.

Lo que siento por usted es tan grande que no tengo miedo a mostrarlo porque al contrario que las rojeces de los azotes que son efímeras, sus marcas en mi ser, en mi corazón, estarán conmigo pase lo que pase, pues son imborrables.

a sus pies, su cachorro,

perrosion{Yan}